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Emprendimiento social en México

Actualizado: 17 feb 2020





De acuerdo con el libro Modelando el emprendimiento social en México, entre las fortalezas que presenta el país para el emprendimiento social están: el tamaño del territorio, la oferta de creación de productos de todo tipo, sobre todo agrícolas y ganaderos, lo que ayuda a las comunidades más desfavorecidas de la nación, y el modelo de cuádruple hélice, que es la colaboración entre las universidades, administraciones públicas, empresas sociales y organizaciones no gubernamentales.


A pesar de ello, hay debilidades que deben atenderse, como la falta de desarrollo de capital de riesgo, la carencia de habilidades gerenciales y técnicas de los emprendedores, falta de reconocimiento a su actividad y el que muchas veces los proyectos no son sustentables.


“Es necesario aumentar la formación de los jóvenes para que puedan lograr cosas de alto impacto. Hay que equiparlos bien sobre lo que es emprender, cómo construir una organización, acumular experiencia, tener prestigio, crear una red de contactos y enseñar a tener impacto social como generador de riqueza”, indicó a El Economista, José Antonio Dávila, coautor del libro y director del CIIE-EY, del instituto panamericano de alta dirección de empresas.


El emprendimiento social no basta de acciones filantrópicas, se requiere diseñar una estrategia y modelo de negocios, así como tener disciplina financiera y efectividad que se realizaría en cualquier otra gestión empresarial del sector privado.

Lo primero es diseñar la estrategia, la cual puede lograrse basándose en el modelo backcasting, el cual busca brindar una ruta crítica para establecer las acciones que permitan lograr el objetivo de la empresa.


Se comienza haciendo un análisis de los recursos disponibles y necesitan para llegar a donde se proponen, así como preguntarse ¿cuál es el impacto que se espera tener en la comunidad en la que opera? Posteriormente, se evalúa el periodo en el que se pretende lograr el objetivo.


El segundo paso es establecer el modelo de negocio, donde se recomienda el lienzo de modelo de negocio social, que consiste en construir, a manera de mapa, la estrategia considerando 10 puntos: ¿qué recursos se necesitan?, los socios y actores claves, actividades que hará la organización, beneficiarios, canales de comunicación, la intervención, la propuesta de valor, dividir las ganancias, cómo se invertirán los excedentes y estructurar los costos.


El tercer punto es establecer el tipo de estructura interna; es decir, si se será una cooperativa, fundación, negocio inclusivo o intrapreneur social.


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