La primera vez ni siquiera sabía coser.
Para cada niño que ayuda a traer al mundo, el doctor Erik Bostrom cose una manta personalizada bordada con el nombre, el cumpleaños, el peso y la altura del bebé. Siendo aún un joven médico en ciernes en Aitkin, Minnesota (EE.UU.), Bostrom empezó a personalizar mantas para atraer a nuevos pacientes y hacerles sentir más cómodos con “el chico nuevo”. Una enfermera le sugirió la idea de coser las mantas, pero Bostrom estaba perdido en este tema: nunca había cosido nada en su vida. Por fortuna, su cuñada dio un paso adelante para enseñarle. “En realidad no es tan difícil como pensaba”, afirmó el médico.
Dos años después, la tradición se mantiene firme. Lacie Hietalati, paciente y madre reciente, declaró: “Es una manta preciosa. Es algo que mi hija atesorará toda su vida. El doctor dedica un tiempo adicional de su apretada agenda para hacer esto por sus pacientes. Es un detallazo”.
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